Las Gomas sobre el Mar

En Habana yo tenía un balcón solo para mí. Un balcón, un mar lindo, las rocas y un de los recuerdos más bellos y que se quedarán conmigo para siempre, los niños y sus gomas negras corriendo para el mar.En Habana hace tanto calor que mi mes y digo eso por que en Agosto tengo cumpleaños, eso me da derechos, sí mi mes es insoportable en Habana, caliente, caliente y caliente.Acostumbrada al frío, me quedo en la habitación de un hotel medio "jodido", medio bueno, diría que más bueno que "jodido" que queda en Miramar.Tengo agua, aire condicionado, el balcón y el mar. Tengo esos niños que no tienen nada de eso que digo y parece que su unica diversión son las gomas negras que los hacen flotar sobre el mar maravilloso del Caribe.Las olas los llevan y yo los miro en una mezcla de preocupación y alegría.Amo el mar y quisiera un día ser llevada por el, llevada cuando estuviera bien vieja, cansada,sin nada para dar, quisiera ser llevada por sus brazos, mimandome como un padre que canta una canción para que su niña duerrma. Quisiera dormir sobre las olas del mar para finalmente despertar en una tierra sumergida, envuelta en rocas y algas, un lugar lleno de esos niños con sus gomas negras sonriendo y enseñando como ser feliz con las cosas gratuitas de la vida, un lugar donde ya no exista tantas diferencias y preconceptos.Cuando niña todas mis amigas decían que fueron llevadas a sus mamas por un lindo y grande pajaro, yo despues que miré en casa de mi tía una copia terrible de Boticelli siempre decia que yo habia nacido como una perla, una perla que se transformó en gente. ¿Esa soy yo? Claro que no, nadie puede haber sido una perla pero aún creo a veces que esa perla existe en mí en algun lugar distante y secreto.Cada vez que me acuerdo de La Habana, vienen los niños sonreíndo, dejandose llevar por las olas ... los extraño y quiesiera tener una chance de verlos otra vez.

Foto: María José Furió
texto Fuser Sanchéz